EL LUGAR DONDE PUEDES TENERLO TODO
El Norte estaba en nuestra lista de prioridades desde hacía mucho tiempo. Así que, sin pensarlo demasiado, nos pusimos al volante de la Camper. Lo único que sabíamos era que queríamos iniciar la ruta en San Juan de Luz, a partir de ese punto de partida nos dejamos llevar.
Reto conseguido, llegamos a San Juan de Luz a primera hora de la tarde. Comida rica en la camper y en marcha a descubrir uno de los pueblos más hermosos de la Nueva Aquitania.
Si tuviésemos que describir olfativamente el lugar sería una mezcla de olor a mar combinado con algodón de feria.
Si tuviésemos que describir olfativamente el lugar sería una mezcla de olor a mar combinado con algodón de feria. La magia de villa marinera histórica está muy presente. De hecho, tiene multitud de reminiscencias a Luís XVI. Y es que éste se enamoró del lugar y allí se casó con la que sería su primera esposa. Callejear por el casco histórico y pasear hasta Santa Bárbara, desde donde se puede contemplar toda la bahía, es el plan perfecto.
La próxima parada será Hondarribia, a unos veinte kilómetros de nuestro punto de partida. Es la ciudad amurallada mejor conservada de Gipuzkoa. De trazado medieval, dibuja un lienzo de edificios solariegos y angostas calles con el Mar al fondo. Su ubicación geográfica a lo largo de la historia, la hizo una plaza imprescindible para Reinos y países. Por lo que su pasado está ligado a guerras, conflictos y leyendas de valientes habitantes. De hecho, en uno de sus días más importantes, el 8 de septiembre, se celebra la resistencia, y posterior victoria sobre el ejército francés en el 1638.
Un plan perfecto es callejearla, empaparse de su historia y saborear los mejores pintxos en la Calle San Pedro.
Hasta Pasai Donibane, decidimos tomar la GI-3440, no es la más rápida, pero sí la más bonita. Las vistas son espectaculares, mar y alta montaña se van compaginando a lo largo de kilómetros. Fue uno de los pueblos que más nos enamoró y es que tiene sorpresa y para descubrirla tendrás que recorrer sus calles hasta el final… Su vida en paralelo al Mar y su sencillez, marcan. Te dejamos aquí la ubicación donde aparcamos nuestra cámper.
Pasai Donibane, fue uno de los pueblos que mas nos enamoró.
De camino a Zarauz nos encontramos con este Merendero, las vistas y el lugar nos fascinaron, así que decidimos pasar la noche antes de emprender rumbo hacia la meca del Surf. Si os animáis a probarlo, en Zarauz existen varias escuelas con posibilidad de una primera toma de contacto. Combinar turismo y deporte siempre es una buena elección durante los viajes.
En Zarauz te recomendamos para pernoctar El Gran Camping. El camping tiene vistas al Mar y hay dos opciones para acceder a él, mediante autobús o la ruta surfista, bastante más divertida (tendréis que descubrirlo vosotros mismos).
El día siguiente condujimos rumbo a Getaria. Si vais durante la temporada alta, tened en cuenta que el aparcamiento no es fácil, por lo que os aconsejamos llegar pronto. Es un pueblo de pescadores y de grandes navegantes, de hecho, Juan Sebastián Elcano nació allí. Tanto en Getaria como en el resto de pueblos de la costa vasca, la caza de ballenas tuvo una gran importancia económica en el pasado, la riqueza de sus casonas y el empoderamiento medieval que se observa en sus calles, fue una de sus consecuencias.
Otro punto de interés a pocos kilómetros de Getaria es Zumaia. Algunos lo conoceréis ya que fue allí donde se rodó la película “Ocho apellidos vascos”. Además de pasear por sus callejuelas y darnos un buen baño, decidimos adentrarnos en el Mar para conocer un poco de nuestra prehistoria. Existen visitas guiadas que merecen la pena contratar, ya que te explican todos los detalles del paraíso geológico que atesoran: el Flysch.
Las visitas guiadas son muy amenas y sales de ellas con la curiosidad de conocer más sobre nuestro pasado. Nosotros las hicimos con ellos, y seguro que repetimos si tenemos la oportunidad.
La excursion para conocer el Flysch es totalmente recomendable.
Esa noche dormimos en un lugar mágico, casualmente este es un punto transitado del camino de Santiago por lo que veréis a muchos peregrinos por la zona. Desde la pradera donde dejamos la camper, accedimos a una playa salvaje donde el Flysch es el protagonista. Además, hay un mirador donde podrías pasarte horas admirando la belleza de la playa y la inmensidad del mar. La verdad, es que llegamos por casualidad, y fue un acierto pernoctar allí.
El día siguiente amanecimos con la tristeza propia del fin de un viaje, pero no por ello fue una mala jornada, nuestro plan era aprovechar el día y viajar por la noche. Así que hicimos caso a los consejos que nos dieron otros viajeros y nos pusimos en marcha hacia Mutriku y Saturrarán.
Mutriku es una de las Villas más antiguas de Gipuzkoa y para nosotros fue una auténtica delicia. Dejamos la camper aquí y nos dirigimos al casco antiguo. Degustamos la gastronomía vasca en su peculiar Plaza, paseamos por su auténtica y familiar playa y nadamos hasta sus piscinas naturales, lo hicimos todo y fue nuestra mejor manera de despedirnos de un viaje completo.
El País Vasco enamora, encajar en el mismo campo de visión Mar y montaña, campo y ciudad y tradición e innovación, no es fácil, pero existe esta tierra en la que todo ello forma parte de su atractivo natural.
Si todavía no habéis descubierto la magia del Norte, nuestras campers están deseando volver.
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